La mente… un mundo donde todo pasa como queremos. Un mundo donde no hay nada más que la compañía de la persona que más quieres y la interacción con la naturaleza.
Hay veces que mi mundo es atacado por tornados, huracanes, nieblas, amor. Donde miro a las montañas y te miro a ti, siento el viento y te siento. Donde huelo una flor y huelo tu perfume. Donde escucho el canto de un ave y te esucho a ti. Donde todo lo que pruebo sabe a ti.
Esto pasa conmigo en mi norte. Camino al sur y soy atacado por otro amor, otros sabores, olores, imagenes, sonidos y texturas. Donde el oeste está la puesta del sol, pero en el este sale la luna. Tantas cosas que elegir pero algo en mí las quiere a todas; algo también me dice que no escoja ninguna.
Aquí es donde mi mundo se complica, donde todo se daña, donde es invadido por otros seres. Donde la unica razón de yo seguir en mi mundo es mi Norte, Sur, Este y Oeste, donde no quiero darle estas cuatro cosas a nada ni nadie.
Cuando no tengo ninguna esperanza de resolver esa invanción, esa violación, no queda más nada que tratar de salir lo más pronto posible para que no me conviertan como uno de ellos, ni me aniquilen. A pesar de esto sigo buscando soluciones que no terminen en una catástrofe.
Poco a poco me veo limitado a no crear una catástrofe en mi mundo. Todas las tormentas y amenazas atmosféricas causan que halla una destrucción en mis puntos cardinales y en la naturaleza que está en mi mundo. Luego de tanto trabajo de haber formado mi mundo sólo hay una solución. La solución es salir del mundo, destruirlo y formar otro mundo nuevo.
Diferentes partes de mi 